Siestas en bebés de 0 a 12 meses

Las siestas no son solo momentos de descanso para los bebés; son pilares fundamentales para su crecimiento, desarrollo y estado de ánimo. Durante los primeros 12 meses de vida, el sueño de los bebés experimenta una serie de cambios, especialmente en lo que respecta a la cantidad de siestas que necesitan a lo largo del día. Comprender estas transiciones es clave para fomentar un sueño saludable y establecer rutinas beneficiosas.

Siestas irregulares: 0-3 meses

Durante los primeros tres meses, las siestas de los bebés tienden a ser cortas y poco estructuradas. Su ciclo de sueño aún no se ha desarrollado completamente, y es normal que duerman de manera intermitente, a menudo asociado con la alimentación y las interacciones.

Es crucial aprender a reconocer las señales de fatiga en los bebés para facilitar la transición hacia la siesta. Algunas señales comunes incluyen bostezos, frotarse los ojos, volverse irritable o perder interés en el entorno. Anticiparse a estas señales y brindar un ambiente propicio para la siesta, contribuirá a un sueño más reparador.

Estableciendo patrones: 3-6 meses

Entre los tres y seis meses, muchos bebés comienzan a consolidar siestas más consistentes. Por lo general, tienen al menos tres siestas al día, cada una dura de 30 minutos a dos horas. Estas siestas pueden coordinarse mejor con las horas de sueño nocturno, creando patrones más predecibles.

En esta etapa, es común que los bebés duerman entre 14 y 17 horas en un período de 24 horas, distribuidas entre siestas cortas y períodos de sueño más extensos durante la noche. La creación de un ambiente propicio para el sueño, con condiciones cómodas y una rutina pre-sueño consistente, puede ser clave para fomentar hábitos saludables.

Transición de 3 a 2 siestas: 6-9 meses

Durante este tiempo, los patrones de sueño de los bebés comienzan a consolidarse, y los padres pueden observar cambios significativos en sus hábitos de sueño y en la duración de las siestas.

En esta etapa, las ventanas de sueño suelen ocurrir aproximadamente cada 2-3 horas desde el momento en que el bebé se despierta.

Hay ciertas señales que te indican que tu bebé está preparado para pasar de 3 a 2 siestas diarias en su rutina. Las más visibles son:

  • Resistencia a querer dormir la tercera siesta ya que no se encuentra cansado.
  • Tiene largos momentos de llanto o de juegos antes de la siesta.
  • Disminución de la duración de las siestas, aumentando su ventana de sueño.
  • No presenta señales de sueño por la noche, tiene despertares nocturnos y se despierta muy temprano por la mañana.

Para entender bien las señales, estas deben ser constantes durante dos semanas. Ello nos indicará que tu bebé necesita reducir el número de siestas, de 3 a 2, y que podemos descartar que sea una regresión del sueño.

Transición de 2 a 1 siesta: 12-14 meses 

Esta transición puede resultar un poco más complicada que la anterior, puesto que la adaptación del bebé suele demorarse entre las 2 y las 6 semanas. Aunque es recomendable de los 15 a los 18 meses si no, podría ser un acto prematuro.

Asimismo, debemos fijarnos bien en las señales que nos manda el bebé, pues algunas nos indican que no está preparado para ese cambio tan drástico. Algunas de estas señales en la que el bebé no está preparado, son:

  • No quiere hacer siestas pero después tiene una siesta larga, de más de 1 hora.
  • Cuando no duerme la siesta está cansado, irritable y con problemas para dormir por la noche
  • Está en una regresión del sueño.

Por otro lado, el bebé también nos ofrece unas señales muy evidentes de que necesita reducir su número de siestas, algunas de las cuales coinciden con la anterior transición.

Las más visibles son:

  • Rechaza la segunda siesta durante varias semanas y, cuando duerme, es una siesta muy corta.
  • Se acuesta tarde por las noches, tiene muchos despertares nocturnos y además madruga.

En general, las ventanas de sueño para los niños de 12 a 14 meses suelen oscilar entre 3 y 4 horas.

Retirando la siesta: Señales de cambio

La transición de una siesta a ninguna generalmente ocurre alrededor de los 2-3 años, pero cada niño es único. Algunos indicadores de que podrían estar listos para prescindir de la siesta incluyen dificultades para conciliar el sueño por la noche o la resistencia a tomar la siesta durante el día. Es crucial sintonizar con las necesidades individuales de sueño de tu hijo para adaptar la rutina según corresponda. En este post te cuento cómo conseguir reducirlas.

Señales de que tu bebé no duerme suficiente siesta:

Cada niño/bebé es un mundo y que, estos consejos pueden iros bien o no. Y siempre a partir de los 4 meses. Os dejo unos tips para saber si tú bebé no descansa lo suficiente en sus siestas:

Se despierta mucho de noche

No aguanta la ventana de sueño que debería para su edad (más o menos)

Se despierta de la siesta llorando y está irritable todo el día

Madruga mucho (Antes de las 7:00)

Hace más siestas de las que le tocan para su edad

No aguanta hasta la hora de dormir, llega muy cansad@

Hace cada vez un horario diferente

Es súper importante ajustar las rutinas de sueño de acuerdo con las necesidades individuales de cada bebé. Observa las señales de tu hijo, mantén un entorno propicio para el sueño y, si necesitas orientación, ¡aquí me tienes!

¡Aprovecha esta etapa de desarrollo para establecer hábitos de sueño saludables!

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