La magia del apego y la importancia de la cercanía en el sueño infantil

El sueño de nuestros pequeños es un tema que siempre está en nuestra mente, ¿verdad? ¿Deben dormir solos o acompañados? ¿Es bueno que duerman abrazados a su mamá o papá? En este post, exploraremos la maravillosa práctica de dormir con contacto, ya sea con un ser querido, un peluche o incluso acurrucados con su hermanito. Descubriremos por qué esta necesidad es completamente natural y beneficiosa para el desarrollo de los niños.

La importancia del apego en el sueño infantil

El apego es una parte fundamental del desarrollo emocional y social de un niño. El dormir con contacto es una manifestación tangible de este apego, ya que proporciona una sensación de seguridad y confort. Cuando un niño se siente seguro, es más probable que duerma mejor y más profundamente.

Dormir en la misma cama o en la habitación de los padres es una práctica común en muchas culturas. La proximidad física a mamá o papá puede calmar la ansiedad del niño, ayudándole a conciliar el sueño más fácilmente. Además, facilita la lactancia materna durante la noche, lo que puede ser beneficioso para la madre y el bebé.

Los peluches y los animales (ojo, siempre con muchísimo cuidado en este último caso), son compañeros reconfortantes para muchos niños. Abrazar un peluche o a su amigo peludo puede proporcionar una sensación de seguridad similar a la de dormir con mamá o papá. 

Dormir junto a un hermanito es una experiencia única. Este contacto con un ser querido fortalece los lazos familiares y crea una sensación de unidad entre los hermanos. Los niños que comparten la cama con sus hermanos pueden aprender a cuidarse mutuamente y desarrollar habilidades importantes de colaboración y empatía.

Esta necesidad no solo es adorable, sino que tiene un significado muy especial y una importancia crucial en su desarrollo emocional y bienestar general. 

¿Pero por qué los niños anhelan ese contacto tan cercano durante el sueño?

Seguridad emocional: El contacto físico brinda a los niños una sensación de seguridad y comodidad, especialmente durante la noche cuando están en un estado de vulnerabilidad. La presencia física de los padres o la compañía de su peluche favorito les brinda tranquilidad y los ayuda a sentirse protegidos.

Vínculo afectivo: Sentir el calor y el abrazo de mamá o papá, o con tu perrito, crea un lazo especial de confianza y amor, lo cual es fundamental para el desarrollo emocional saludable de los pequeños.

Regulación del sistema nervioso: El simple roce de una mano o el abrazo de un peluche, puede tener un efecto calmante en el sistema nervioso de los niños. Esto puede ayudarles a relajarse, disminuir la ansiedad y conciliar el sueño de manera más rápida y tranquila.

Es importante destacar que el dormir con contacto no es algo «malo» o que deba evitarse, pero hazlo cuando la situación no funcione, como recurso. Ese contacto brinda beneficios emocionales y favorece el bienestar de los pequeños. Sin embargo, cada familia es única y lo que funciona para unos no puede funcionar para otros. Por eso, es importante encontrar un equilibrio que funcione para todos.

¿Tienes dudas? Aquí me tienes, estaré encantada de ayudarte. Porque desde que somos papás, lo más importante es tener una buena calidad de sueño, tanto para tu bebé, como para ti.

¡Por cierto! Si tu peque está en ese momento de abandonar las siestas… lee mi último post, puede servirte de ayuda para que llevéis ese momento lo mejor posible.

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