Una buena noticia es que podemos ayudar a que nuestro pequeño aumente la producción de melatonina. Y en esta tarea, sobre todo a partir del tercer mes, los ambientes oscuros serán nuestros mejores aliados, ya que, recordemos, la melatonina se produce cuando está oscuro. De hecho, por la noche, entre las 19:30 y las 21, es cuando tienen el pico de melatonina, lo que significa una predisposición natural a dormir. Por eso, las asesoras de sueño siempre recomendamos poner a los bebés a dormir a esta hora… no porque seamos unas aguafiestas, jeje.
Sin embargo, a partir de las 4 de la mañana el nivel de melatonina comienza a descender, lo que significa una mayor facilidad para despertarse. Por esto también, muchos bebés son tan madrugadores, no es “capricho”, es puramente fisiológico.
Por ejemplo, una buena opción es contar con una habitación oscura tanto para la siesta como para dormir durante la noche. Esto puede ayudar a su bebé a calmarse y dormirse más rápido y a vincular sus ciclos de sueño también.
Otra forma de estimular la producción de melatonina es estabilizar el ritmo circadiano. Esto se puede lograr estableciendo una rutina a la hora de ir a la cama. Por ejemplo, podemos despertarlo cada mañana a la misma hora, asegurarse que las siestas sean adecuadas para su edad o limitar el contacto con pantallas y otras fuentes de luz excesiva dos horas antes de la hora marcada. También podemos comprobar que se están cumpliendo las ventana de sueño correspondientes a su edad y estar atento a sus señales de sueño para que no «se pasen de rosca».
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