Este consejo se refiere, principalmente, para cuando se alimenta al bebé con lactancia materna. No por nada especial, sino porque lo ideal cuando se da el pecho es que la alimentación sea a demanda. Mientras que, cuando se alimenta con biberón, las tomas suelen estar más marcadas por el tipo de compuestos de la leche de fórmula, no obstante el biberón en muchas ocasiones se da a demanda.
Cuando un bebé tiene hambre, llora intensamente provocándole un gran estrés y tragando, a su vez, mucho aire. Esto provoca que, cuando empieza a succionar, ya tiene el estómago lleno de aire. Asimismo, la ansiedad le motiva a comer más rápido para saciarse lo antes posible.
Esta cantidad de aire en el estómago dificulta la digestión y la conciliación del sueño, por lo que es importante evitarlo. Una de las maneras más eficientes y fáciles de conseguir es alimentar al bebé a demanda, siempre que sea posible.
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