Normalmente, esto pasa porque hay un ambiente muy estimulante o no hemos establecido las rutinas necesarias en las siestas.
La televisión, jugar continuamente con él o las visitas puede estimularle en exceso y que no quiera quedarse dormido.
Pero recuerda que las siestas diurnas son necesarias para los bebés, por lo que debes combinar momentos de actividad con otros de calma que favorezcan su relajación y que puedan volver a dormirse sin una última toma.
Dependiendo de cada edad, necesitarán 3,2 o 1 siesta. Y lo recomendable, sobre todo a partir de los 4 meses, es que sean a oscuras y en su cunita, ya que son más reparadoras que las siestas de sillita o coche.
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